¡Bienvenido/a! 👋
Acabamos el primer mes de 2025 con una sensación algo agridulce.
Aunque nos gustaría que esta primera edición del año con buenas noticias, la crisis climática nos ha vuelto a dar un golpe de realidad difícil de ignorar.
A principios de mes se confirmó lo que ya advertíamos en una pasada edición: 2024 ha sido el año más caluroso jamás registrado.
No solo fue el año más caluroso, si no que el aumento de la temperatura superó por primera vez los 1,5 °C del Acuerdo de París, el objetivo fijado en 2015 para evitar los efectos más devastadores del cambio climático.
Con un aumento de la temperatura de 1,6 °C por encima de los niveles preindustriales (1850-1900), este año se suma a una década (2015-2024) que ha sido también la más calurosa jamás registrada.
Según estimaciones de Global Carbon Budget, las emisiones totales de gases de efecto invernadero en 2024 habrían aumentado en un 2%, respecto al año anterior.
A este ritmo, el margen disponible para limitar el aumento de la temperatura media por encima de los 1,5 °C se agotará en los próximos 6 años, con una probabilidad del 50%.
Pero no todo son malas noticias. De hecho, con el dato de 2024 se confirma que el ritmo de crecimiento de las emisiones de esta década es de tan solo un 0,2% anual frente al 1,9% de la década anterior (2005-2014), casi 10 veces inferior.
Es difícil mantener una actitud positiva en este contexto, pero es clave recordar que nunca es demasiado tarde para actuar. Cada 0,1 °C de calentamiento evitado asegura un futuro un poco mejor para todos.
El mejor momento para actuar contra la crisis climática fue hace décadas.
El segundo mejor momento es ahora.
Divulgando la Sostenibilidad 🌱
Los crecientes impactos de los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres naturales son tan solo un síntoma del entorno cada vez más hostil hacia el que avanzamos como consecuencia de la crisis climática.
Actuar para mitigar los efectos más devastadores del cambio climático no solo implica desplegar más renovables, sino también preparar a nuestras comunidades para poder resistir y recuperarse de dichos impactos.
Los incendios en el condado de Los Ángeles de las últimas semanas, considerados ya los más costosos de la historia de EE.UU., presentan una nueva realidad en la que el cambio climático exacerba las condiciones perfectas para estos terribles sucesos.
El impacto económico de episodios como este es devastador, con un coste que en 2024 alcanzó los $140.000 millones a nivel global sólo en daños asegurados, muy por encima de la media de $94.000 millones anuales de la década anterior.
Por su parte, la DANA que asoló Valencia y acabó con la vida de 231 personas se ha colado en la lista de las diez catástrofes climáticas más costosas de 2024, con un coste estimado de $4.220 millones en daños asegurados.
De hecho, España es uno de los países más vulnerables al cambio climático, según Greenpeace, debido al mayor aumento de las temperaturas frente a la media global.
Por cada grado que aumente la temperatura media global, en España el aumento será de 1,5°C.
Esta situación nos expondrá a sequías mucho más graves, temporadas de incendios más largas y devastadoras, y precipitaciones menos frecuentes aunque más concentradas e intensas.
Sumado a todo esto, el impacto de la contaminación del aire sobre la salud humana sigue cobrándose prematuramente la vida de aproximadamente 250.000 personas en Europa, según el informe especial sobre contaminación urbana del Tribunal de Cuentas Europeo.
El think tank EsadeEcPol cifra entre 15.000 y 20.000 las muertes evitables que se producen cada año en España por este mismo motivo, con Madrid y Barcelona entre las ciudades más afectadas debido al tráfico.
Transición en Acción ⚡
Las Renovables Rozan el 60% del Mix Eléctrico Nacional
La cuota de generación renovable anual de 2024 en España alcanzó el 56,8% del total, un nuevo récord que supera en un 5,6% el dato del año anterior, y hasta un 14% frente a 2022.
La energía eólica se mantiene como la principal fuente de energía en nuestro país, superando más del 22% de la generación total, por delante de la nuclear con un 19% y seguida de la solar fotovoltaica que alcanza el 17%.
Por su parte, el peso de los combustibles fósiles ha sufrido una caída en la generación eléctrica de más del 18% desde 2019, con los ciclos combinados pasando a cuarta posición y el carbón en un mínimo histórico que roza el 1% de la generación total.
A pesar de estos avances, las tecnologías fósiles aún representan el 23% del mix eléctrico nacional, aunque en descenso. Ahora es necesario trasladar esta descarbonización de nuestro sistema eléctrico al resto de la economía.
A través de la electrificación de la demanda energética en otros sectores podemos acelerar la descarbonización de nuestra economía, mitigando el cambio climático y promoviendo la reindustrialización verde de España.
Recuperar Electricidad Viajando en Metro
El largo camino hacia la descarbonización de nuestra economía no pasa solo por aumentar la electrificación de los consumos energéticos, sino también por aumentar la eficiencia de los consumos ya electrificados.
Ejemplo de ello es el proyecto MetroCHARGE de TMB, el operador del metro de Barcelona, que permite recuperar la energía que se genera a partir de las frenadas del Metro y alimentar con la electricidad resultante parte de la demanda de las propias estaciones, el tren e incluso cargadores de vehículos eléctricos.
Mediante este sistema, los propios trenes son capaces de producir el 33% de la electricidad que necesitan para operar. Además, cuando se instalen todos los planificados en Barcelona, se espera que estos recuperadores consigan reducir en un 41% el consumo energético de los trenes.
Pero el consumo energético de los trenes es tan solo parte de la ecuación, ya que cerca de dos tercios de la energía recuperada es aprovechada para suministrar a una creciente red de «metrolineras», apoyando otros modelos de movilidad sostenible.
Otras ciudades del mundo ya están mirando hacia Barcelona como un ejemplo a seguir, pero todavía no te hemos contado la mejor parte: gracias al ahorro que supone este sistema y la venta de la energía recuperada en las electrolineras, ¡la inversión de 7,8 millones se recuperará en apenas 4 o 5 años!
Puedes leer aquí todos los detalles sobre este proyecto y el interés que ha generado en otras grandes ciudades con creciente interés en reducir el consumo energético de sus sistemas de metro.
¿Conocías esta iniciativa ya implantada en Barcelona? Seguro que te acordarás de ella la próxima vez que cojas el metro y frene al llegar a una estación…
¡Y hasta aquí la edición de esta semana!
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¡Nos vemos en la siguiente edición! 👋
Interesante la oportunidad de eficiencias en los metros. Aqui en Lima estamos implementando la red muy atrasados, y estaría bueno incorporarlo en las líneas en construcción.
El aumento de generación renovable es notable. Aunque me pregunto si se acercan a ese punto donde la variabilidad de las renovables empieza a ser una barrera técnica para seguir creciendo. Aquí en Perú, donde tenemos mucho potencial renovable y ya estamos en más de 50%, tenemos esa discusión.