¿Y Ahora Qué? Acciones tras la COP28
Las conclusiones de la COP28 sólo serán relevantes si se les da seguimiento
¡Bienvenido/a! 👋
La COP28 ya ha pasado y hasta la COP29, que tendrá lugar en Azerbaiyán a finales de 2024, toca ahora ponerse manos a la obra para convertir en acción los compromisos anunciados en diciembre.
La Conferencia de este año era una oportunidad clave para dar un salto cualitativo y acelerar la descarbonización a nivel global, logrando limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C.
Además, la importancia de la COP28 giraba en torno al proceso del «Global Stocktake», el primer “examen” de las políticas climáticas globales para dirigir la acción de los próximos años.
Spoiler! Nos vamos a septiembre… 🙃
Pero antes de empezar…
La Comisión Europea presentará el próximo 6 de febrero su propuesta de reducción de emisiones para 2040.
Por si todavía no lo sabías, la UE se comprometió en 2021 a alcanzar una reducción del 55% de sus emisiones para 2030, respecto a 1990. Ahora toca fijar el próximo objetivo antes de la anhelada «neutralidad climática» en 2050.
Así pues, la Comisión presentará en unas semanas, seguramente, un objetivo de reducción de emisiones del 90% para 2040, acorde con las recomendaciones científicas.
Estaremos atentos al debate que resultará de la propuesta de la Comisión.
El Debate de la Semana
Pese a conocer de sobra la amenaza que supone el cambio climático para nuestro modelo de vida y bienestar, el progreso global respecto a los compromisos adoptados en la COP21 —el famoso Acuerdo de París— ha sido insuficiente.
Con su ubicación en un país con fuertes lazos petroleros y la presidencia a cargo del director de la petrolera estatal, se puso en duda desde el principio el compromiso de los Emiratos Árabes Unidos con la necesaria eliminación de los combustibles fósiles.
El resultado ya lo conocemos: el texto final aprobado en la COP28 contiene importantes compromisos, pero también deja la puerta abierta a «soluciones» intermedias y tecnologías experimentales para mantener con vida a la industria de los combustibles fósiles.
Cómo ves, hitos que celebrar junto con importantes lagunas que nos dejan a mitad camino hacia una verdadera conclusión satisfactoria.
¿El Principio del Fin de los Combustibles Fósiles?
El texto final recoge una histórica referencia al «transition away» de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos con el fin de alcanzar la neutralidad climática en 2050. Además, se incluye expresamente que este proceso debe realizarse «de manera justa, ordenada y equitativa».
Para aquellos que no conozcáis el lenguaje de la diplomacia climática, una mención explícita a los combustibles fósiles en este sentido es algo inédito en estas Conferencias.
No obstante, este lenguaje se queda muy lejos del deseado «phase out» que muchas organizaciones y Estados defendían como imprescindible para lograr los objetivos climáticos internacionales.
El lenguaje en este tipo de acuerdos es fundamental y la elección de «transition away» deja la puerta abierta a continuar haciendo uso de «combustibles de transición», lo que viene a significar seguir haciendo uso del gas natural.
Además, promueve el uso de la tecnología de captura y almacenamiento de carbono, ignorando sus enormes limitaciones para contribuir a una reducción significativa de las emisiones globales.
Pero no todo son malas noticias…
El texto final también recoge un importante acuerdo para triplicar la capacidad mundial de energía renovable y duplicar los ratios de mejora de la eficiencia energética para 2030.
Para lograr el objetivo de un aumento máximo de la temperatura de 1,5 °C necesitamos instalar anualmente cerca de 1000 GW de capacidad renovable, muy por encima de los casi 300 GW que se instalaron en 2022.
No obstante, parece que poco a poco nos acercamos a ese objetivo y este compromiso podría ser clave para alcanzarlo. En 2023, el mundo instaló cerca de 510 GW de nueva capacidad renovable, un aumento de casi del 50% 🤩.
Financiación Climática: La pata coja de la transición
Un año más, los Estados más avanzados no han alcanzado el objetivo anual de $100 mil millones en financiación climática, que a su vez se queda muy lejos de las necesidades financieras para la descarbonización.
Las renovables son la tecnología de generación eléctrica más barata para la gran mayoría de países, pero se requieren grandes inversiones para sustituir a las fuentes de generación fósil, especialmente en los países en vías de desarrollo.
Además, el contexto financiero global, con altos tipos de interés, dificultan el despliegue de las renovables, haciendo de la financiación climática una herramienta todavía más imprescindible.
El compromiso de financiación climática, acordado en 2009, pretendía alcanzar el objetivo anual en 2020, pero la falta de avances concretos y el incumplimiento de los países industrializados sigue bloqueando el progreso de la transición energética.
Pero también hay avances…
Durante la COP28, 6 países comprometieron $3,5 mil millones al Fondo Verde para el Clima, el mayor fondo internacional para la adaptación y mitigación del cambio climático.
Estos nuevos compromisos elevan a $12,8 mil millones los fondos comprometidos en esta segunda reposición, lo que supone un aumento de casi el 30% respecto a la primera reposición de fondos.
Lo crucial será ahora asegurar que estos compromisos anunciados para los próximos 4 años se materializan en desembolsos que permitan movilizar capital privado para responder a las necesidades climáticas de los países en vías de desarrollo.
Acabar con las Emisiones de Metano: Una acción clave
La «Global Methane Pledge», un compromiso internacional que pretende reducir un 30% las emisiones de metano para 2030 respecto a 2020, logró sumar 5 nuevos Estados que elevan el número total de países comprometidos a 155.
Junto a ello, gobiernos, empresas y otros actores anunciaron más de $1.000 millones en financiación para atajar las emisiones de metano, especialmente en la industria fósil, pero también en otros sectores.
El compromiso de 50 grandes empresas de la industria fósil de alcanzar la neutralidad climática para 2050 parece ir en la misma dirección, si bien este compromiso omite las emisiones resultantes del gas o petróleo que venden —responsables del 95% del impacto climático— y se limitan a las que proceden de sus operaciones.
Atajar las emisiones de metano es una de las herramientas más efectivas para atajar la crisis climática, y la nueva normativa sobre emisiones de metano de EE.UU., junto con el compromiso de China de incluirlas en sus próximas NDCs* son pasos en la buena dirección.
Los NDCs o Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional son compromisos nacionales presentados cada 5 años que recogen las medidas de adaptación y mitigación que tomará cada Estado a fin de lograr alcanzar el objetivo de limitar el aumento medio de la temperatura global a 1,5 °C.
Así, en las conclusiones de la COP28 se incluyó un llamamiento a acelerar la reducción de todas las emisiones, más allá del CO2, e incluirlas en la siguiente ronda de NDCs en 2025.
Un Fondo de Pérdidas y Daños Operativo
El Fondo, que ya comentamos en otra edición, ya es una realidad. Su objetivo es apoyar a los países más vulnerables al cambio climático a responder a los impactos cuya solución va más allá de la adaptación.
En la COP28, varios países se comprometieron a contribuir al fondo con cerca de $700 millones, una cifra que se queda muy lejos de los $290-580 mil millones en daños a los que se estima que los países más vulnerables se deberán enfrentar en 2030.
La existencia del fondo ya es un éxito en sí misma, pero lograr que este sea operativo no es una cuestión menor. El siguiente hito será garantizar que el Fondo pueda comenzar a financiar proyectos antes de la COP29.
Junto a esto, los Estados —especialmente aquellos históricamente responsables de la crisis climática— deben aumentar sus aportaciones al Fondo, movilizando nuevas fuentes de financiación.
¿Y Ahora Qué?
El siguiente gran hito de las negociaciones climáticas globales será incorporar objetivos ambiciosos en la siguiente ronda de NDCs en 2025.
En particular, será fundamental que los Estados incluyan la reducción de emisiones de metano y otros gases de efecto invernadero, con objetivos claros y estrategias definidas.
Además, de cara a la COP29, será clave movilizar más fondos para acelerar la transición energética en los países en vías de desarrollo, además de garantizar que los flujos de capital sean acordes a la acción climática.
Esto último se traduce también en acabar con la financiación contraria a los objetivos climáticos, como los subsidios a los combustibles fósiles o las inversiones en nuevas infraestructuras fósiles.
En este sentido, también será necesario reformar la estructura financiera multilateral como bancos de desarrollo, inversores institucionales y otros actores financieros para garantizar que contribuyen a la acción climática.
En resumen, queda claro que lo conseguido en la COP28 se queda corto de la acción necesaria para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, como recoge la IEA en este gráfico:
A modo de conclusión…
Las negociaciones climáticas acaban en Dubái, pero empiezan en otros foros claves que determinarán el éxito de los compromisos cerrados en esta COP y allanarán el camino a la COP29 en Azerbaiyán.
El trabajo duro empieza ahora para garantizar una mayor ambición en la próxima ronda de NDCs y en las nuevas políticas que se adopten a nivel nacional —y en nuestro caso, también europeo— para mantener los objetivos climáticos vivos.
En este sentido, el desarrollo de un marco legal estable que atraiga la inversión privada y promueva la colaboración público-privada será fundamental para alcanzar los objetivos de instalación de renovables.
Además, para aprovechar esta mayor generación renovable y promover sus despliegue es necesario aumentar la inversión en almacenamiento y en redes, acelerando así la reducción del consumo de combustibles fósiles.
Cada COP es una gran oportunidad para avanzar la acción climática, pero nuestras acciones no se acaban aquí.
Desde Talento para la Sostenibilidad seguiremos trabajando para garantizar que los compromisos se convierten en acción y que lleguemos a la COP29 con los deberes hechos.
Gente con Talento 🤩
Retomamos esta sección para compartir con vosotros una entrevista con Mariola Valderraín, voluntaria de Talento para la Sostenibilidad, que estuvo en la COP28 para presentar su proyecto sobre «Mulching Regenerativo».
Su equipo fue seleccionado por el MITECO, en el marco de la iniciativa Generación Clima COP28, como solución innovadora para impulsar la implementación y la cooperación en todos los ámbitos de la acción climática.
¡Esperamos que os guste esta perspectiva interna y personal de la COP28!
¿Cómo fue tu experiencia en la COP28?
Mi experiencia en la COP28 en Dubái fue como explorar un terreno lleno de contrastes. Noté una clara distinción entre la parte oficial, representada por la zona azul —donde se desarrollan las negociaciones—, y la zona verde, más orientada hacia lo comercial y temático.
Si bien es cierto que se indicaban los temas a tratar cada mañana, cada país iba con su propia agenda, lo que recordaba más a «Fitur» (Feria Internacional de Turismo), donde actores privados como empresas, bancos y cooperativas jugaban un papel activo.
Un detalle impactante fue la realidad local en Dubái: el agua del grifo no es potable. Es una ciudad con mucha contaminación y claramente diseñada para la movilidad en coche.
Todo ello resulta muy curioso, sobre todo en el marco del debate sobre los países anfitriones de las COPs ya que el hecho de que el anfitrión haya sido un país petrolero, ha generado mucha polémica.
¿Has vuelto a España motivada para seguir exigiendo mayor acción climática?
La motivación es la misma con la que partí, pero regreso con información valiosísima, con una perspectiva más amplia y multidisciplinaria.
Ahora entiendo mejor que las soluciones no pueden ser universales; lo que funciona en Suecia no necesariamente sirve para Marruecos o Argentina.
No obstante, la división por pabellones daba para reflexionar con los países claramente divididos en secciones. Por ejemplo, todos los Estados africanos estaban agrupados como en una especie de comuna, y se marcaba una clara división entre países orientales y occidentales.
Se notaba una clara gestión occidentalizada, más enfocada en vender y blanquear la imagen que en soluciones concretas.
¿Crees que las COPs promueven la participación de la sociedad civil?
El rol de la sociedad civil en las COPs ha sido algo que me ha hecho reflexionar mucho, sobre todo por su ubicación en la zona verde, entre empresas y bancos.
A mí me dieron la oportunidad de estar allí por ganar un certamen universitario, pero el poder viajar hasta allí implica una disponibilidad de recursos considerable, y eso es algo que realmente me ha hecho pensar.
En la zona azul también nos encontramos a representantes de la sociedad civil, pero en la mayoría de casos son enviados de cada delegación y lobbies determinados que no siempre representan los intereses generales de la sociedad civil.
La participación y el papel de la juventud se fomentan, sí, pero la pregunta es quién tiene los recursos para plantarse allí durante dos semanas —o incluso más tiempo.
¿Qué crees que es fundamental que conozcamos sobre las COPs?
Creo que es esencial tener una visión completa de las COPs. Aquí no hay líneas claras entre lo público y lo privado; se busca que las instituciones trabajen con empresas de todo tipo y se presentan nuevas innovaciones, pero hay una clara la falta de atención a proyectos reales.
Parece que si no haces un esfuerzo considerable para compartir tus propuestas va a ser muy difícil que estas lleguen a otros Estados debido a la enorme segmentación que hay entre los diferentes grupos de países.
Además, el hecho de que la agenda se establezca mediante días temáticos garantiza que una vez terminado el día, tus propuestas caigan en el olvido y no vuelva a hablarse de ellas, al menos hasta el cierre de la Conferencia.
Por último, respecto a las negociaciones, es fundamental entender que estas las protagonizan los técnicos de los diferentes Estados, por lo que el papel de la sociedad civil en las mismas es muy limitado, y debemos ser realistas sobre nuestra influencia directa sobre ellas.
Como reflexión final…
Algo que realmente me hace reflexionar, especialmente como joven involucrada, es lo siguiente: nos dicen que somos actores importantes, que se nos tiene que escuchar porque somos el futuro. Pero, mira, yo ya no soy solo el futuro, soy el presente.
Con 22 años, estoy en edad laboral, terminando mis estudios, y muy bien formada. No necesito tener 40 años para que me escuchen. Puede que tengas más experiencia que yo, pero yo aporto otras visiones de innovación y proyección social que tal vez no tengas.
Es bastante frustrante como intentan blanquear su imagen, casi cual cuota.
Es cierto que esta vez dedicaron un día a la juventud, lo cual está bien, pero no contábamos con un espacio real. Todos los Estados tienen su pabellón, así como algunas entidades privadas u organizaciones internacionales también, pero la juventud, como tal, nada.
Al final, en estos espacios parece que somos una temática; otro ejemplo más de precarización.
¡Y hasta aquí esta edición!
Aprovechamos también para recordaros que podéis acceder a todos los cursos de Talento para la Sostenibilidad a través de nuestro portal de Thinkific.
Hemos visto un aumento brutal de inscritos estos días, así que ya estamos trabajando en los siguientes cursos!!
¡Nos vemos en la siguiente edición! 👋