La Revolución del Almacenamiento Energético
Tecnologías que nos permiten disfrutar de electricidad renovable en días sin sol ni viento
¡Bienvenido/a! 👋
En esta edición volvemos a comentar un tema con el que nos estrenamos en Substack hace ya más de un año, pero que sigue siendo igual de relevante: el almacenamiento energético.
Las tecnologías de almacenamiento energético son fundamentales en la gestión del sistema eléctrico al ofrecer una flexibilidad imprescindible ante la creciente penetración de la generación renovable.
Pero no solo son imprescindibles para evitar el derroche energético (vertidos) y aprovechar la electricidad renovable en horas de baja o nula generación solar y/o eólica, sino que además nos ayudan a estabilizar los precios de la electricidad, evitando las horas a precios cero que perjudican a los promotores de renovables.
Además, también contribuyen a reducir las horas de precios disparados ante la entrada de los ciclos combinados, que requieren de gas importado para producir electricidad, con el consecuente impacto sobre los consumidores y ambiental.
Pero antes de empezar…
El pasado 30 de abril se celebró en Italia la Reunión de Ministros de Clima, Energía y Medio Ambiente del G7, una oportunidad clave para dar ejemplo e impulsar una mayor acción climática a nivel global.
De hecho, en la Reunión Ministerial del año pasado, los ministros del G7 reafirmaron su compromiso con el Acuerdo de París mediante «una acción ampliada en esta década crítica», pero este todavía no ha sido actualizado tras la COP28, donde se firmó el compromiso global de triplicar la capacidad renovable.
Ahora es el momento de pasar a la acción. En los planes anunciados por los países del G7 existe una brecha de 0,7 TW para lograr triplicar la capacidad renovable para 2030. De otro modo, nos quedaremos cortos de lo que es imprescindible para mitigar los efectos más adversos del cambio climático.
Además, el compromiso de los países más avanzados con la lucha contra el cambio climático esesencial para movilizar a los mercados, fundamentales para acelerar las inversiones verdes en todo el mundo.
El Tema de la Semana
En la primera edición de marzo comentamos la importancia del almacenamiento energético en la integración de las energías renovables y cómo este era una necesidad cada vez más urgente de nuestro sistema eléctrico.
Si queremos asegurarnos de que tenemos electricidad renovable en aquellos momentos en los que el sol no brilla, el viento no sopla y la lluvia no llena los embalses, necesitamos ampliar nuestra capacidad para almacenarla en los momentos que hay excedentes de generación renovable.
De lo contrario, tanto la generación como los precios de la electricidad serán más volátiles al depender en mayor medida de la meteorología. Además, en momentos de baja generación renovable, será imprescindible recurrir a fuentes fósiles para cubrir la demanda.
Creo no equivocarme al asegurar que todos los/as lectores/as de esta newsletter estamos de acuerdo en que es indispensable eliminar los combustibles fósiles de nuestra matriz energética, garantizando así una mayor soberanía energética y una estructura de generación más limpia.
Por tanto, acelerar el despliegue del almacenamiento energético es una necesidad cada vez más urgente para evitar una desaceleración en el despliegue de renovables.
No empezamos desde cero…
En España ya contamos con 6,4 GW de almacenamiento energético en centrales hidroeléctricas reversibles —también conocidas como «de bombeo».
Estas permiten almacenar electricidad en forma de energía potencial mediante el bombeo de agua a un embalse superior a la central hidroeléctrica durante las horas de alta generación renovable para, posteriormente, generar electricidad en horas de baja generación renovable.
Si quieres saber más sobre las centrales hidroeléctricas de bombeo, no te pierdas la edición que publicamos sobre esta tecnología de almacenamiento clave para la integración de las renovables:
El almacenamiento por bombeo es una alternativa más eficiente y sostenible para almacenar energía a gran escala en comparación con las baterías convencionales.
Sin embargo, para complementar esta tecnología ya madura y asentada en nuestro mix energético, también necesitamos otras opciones de almacenamiento flexibles como las baterías, las cuales permiten almacenar electricidad durante unas horas.
De hecho, la revisión del PNIEC publicada en 2023 incluye un objetivo total de 22 GW de almacenamiento energético para 2030, un objetivo ambicioso en el que se incluyen todo tipos de tecnologías.
Hasta aquí todo claro, pero entonces ¿por qué no llenamos España de baterías?
Almacenamiento diario, semanal y estacional
La necesidad de adaptar nuestro sistema eléctrico a la intermitencia de las renovables hará imprescindible la disponibilidad de almacenamiento energético que permita satisfacer la demanda eléctrica en diversos intervalos de tiempo.
Así, si bien las baterías químicas jugarán un papel cada vez mayor en nuestro mix eléctrico, estas no son la solución para periodos de baja generación renovable de más de un día (al menos de momento).
De hecho, las baterías suelen inyectar energía a la red durante periodos cortos de dos a cuatro horas, lo que las hace perfectas para solucionar temas puntuales como la congestión puntual de algún punto de la red.
Por su parte, el almacenamiento por bombeo introduce una mayor flexibilidad y seguridad, permitiendo almacenar enormes cantidades de energía durante períodos más extensos.
Esto permite poder inyectarla en la red cuando el sistema la necesite, garantizando este aporte energético por periodos de tiempo mucho más largos.
Esta mayor flexibilidad temporal es fundamental para mejorar su complementariedad con la generación eólica y la solar.
Desafíos regulatorios
Como te podrás imaginar, si todo fuera tan fácil como te lo acabo de contar, no habríamos hecho esta edición para hablar del almacenamiento energético.
Construir una central hidroeléctrica «greenfield» (es decir, desde cero) es una gran obra de ingeniería que requiere varios años y presenta unos altos costes. No obstante, hacerlo no es imposible.
De hecho, nuestro vecino Portugal ha construido recientemente una gigabateria que representa uno de los mayores proyectos de almacenamiento de energía de Europa.
El proyecto hidroeléctrico Tâmega cuenta con una capacidad de almacenamiento equivalente a la energía que consumen 11 millones de personas durante 24h en sus hogares.
Por otro lado, también es posible optar por convertir en reversibles centrales hidroeléctricas ya existentes y repotenciar centrales hidroeléctricas reversibles ya construidas. Esto es una gran ventaja desde el punto de vista medioambiental y económico, ya que el impacto ambiental, la inversión necesaria y el periodo de ejecución son todos menores.
De hecho, según la patronal Euroelectric, a través de la repotenciación de las centrales ya existentes en Europa podríamos aumentar la capacidad de almacenamiento por bombeo en un 80%.
En el caso de España, el aumento de la capacidad sería de hasta 6 GW, duplicando la capacidad actual (6,3 GW).
Segundo, la tramitación administrativa de este tipo de proyectos puede llegar a superar los 10 años, lo que pone en riesgo los permisos de acceso y conexión a la red, los cuales tienen una caducidad más temprana.
De hecho, la obtención de estos últimos también puede generar retrasos. La doble condición de generación y demanda que tienen las instalaciones de almacenamiento dificultan el acceso a la red de transporte del sistema eléctrico.
No obstante, la modificación de aspectos puntuales del Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2021-2026, la estrategia que rige las inversiones en la red de transporte, recoge actuaciones críticas que habilitarán capacidad de acceso para la evacuación y demanda de grandes proyectos de almacenamiento.
Por otro lado, la reciente reforma de la Ley de Aguas prioriza su uso para almacenamiento hidráulico de energía frente a su uso para la producción de energía eléctrica y el resto de usos industriales, lo que contribuirá al desarrollo de las centrales hidroeléctricas reversibles.
Por último, el principal desafío u oportunidad (según lo rápido que se tomen medidas) reside en la ausencia de una herramienta regulatoria que impulse el desarrollo de estos almacenamientos.
La buena noticia es que Europa ya lo tiene previsto en forma de mecanismos de capacidad, que deben ser desarrollados por cada Estado.
El problema es que España todavía no ha implementado sus mecanismos de capacidad, por lo que no se ha desarrollado ningún proyecto de almacenamientos de los 12 GW adicionales a los existentes que necesitamos para 2030.
Además, la experiencia de las últimas semanas con precios de la electricidad extremadamente bajos, evidencia la necesidad de acelerar la inversión en almacenamiento energético, especialmente a medida que aumenta la penetración de las energías renovables.
Esto permitirá evitar los vertidos de los excedentes de las renovables que se traducen en la quema de combustibles fósiles en otras horas en las que la generación renovable es baja o nula.
Por tanto, es imprescindible el desarrollo de mecanismos de capacidad que retribuyan la disponibilidad y la flexibilidad de diferentes tecnologías lo antes posible, especialmente tras la aprobación de la reforma europea del mercado eléctrico.
Esta última permitirá recurrir a estos mecanismos con mayor facilidad y elimina su carácter temporal ante la necesidad de contar con estos para garantizar la seguridad del suministro eléctrico debido a la creciente presencia de renovables en nuestro mix eléctrico.
Transición en Acción ⚡
La Transición Energética en Oriente Medio
La creciente apuesta por la transición energética en algunos de los mayores mercados del mundo tendrá un impacto directo sobre el consumo de combustibles fósiles y, por tanto, sobre los países productores de estos.
La enorme dependencia de algunos petroestados en Oriente Medio a la exportación de petróleo y gas natural los sitúa en una complicada situación ante el creciente despliegue de renovables y electrificación de consumos.
No obstante, los países emergentes podrían surgir como mercados alternativos para el petróleo que deje de venderse en otras regiones, especialmente si estos no cuentan con los apoyos necesarios para hacer despegar su transición energética.
Sumado a esto, la dimensión geopolítica de este cambiante paradigma energético propiciará una transformación en las dinámicas de poder entre algunos de los actores políticos más relevantes del panorama internacional.
¿A qué futuro se enfrentarán los petroestados de Oriente Medio? ¿Cómo afectará la transición energética a su modelo económico? Todas las respuestas las tienes en este minidocumental de «Business Beyond».
Igualdad de Género en la Transición Energética
La relación entre la igualdad de género y la transición energética es mucho mayor de la que podríamos pensar.
Por un lado, el papel atribuido tradicionalmente a las mujeres en nuestras sociedades, sumado a la persistente desigualdad salarial hace que las mujeres se enfrenten en mayor medida a la pobreza energética que los hombres.
Por otro, la participación de las mujeres en el debate político sobre la transición energética ha enriquecido enormemente estas discusiones, especialmente en aspectos como la dimensión social y de salud pública.
En esta entrevista con Laurence Tubiana, presidenta y CEO de la European Climate Foundation, abordan esta relación, el papel de las mujeres en las negociaciones climáticas internacionales y su estrategia para acelerar la transición energética.
Amoníaco Verde: ¿el Combustible Marítimo del Futuro?
El sector naviero es responsable del 3% de las emisiones mundiales. En su camino hacia la neutralidad climática, el sector debe encontrar combustibles alternativos para poder dejar de depender de los combustibles fósiles.
Una de sus mejores apuestas para reducirlas es alimentar sus motores con amoníaco. No emite carbono al quemarse y es más barato que otros combustibles alternativos como el metanol.
Las necesidades técnicas de los motores de amoniaco verde, la gestión de los subproductos de la combustión, sus necesidad de almacenamiento y su limitada disponibilidad a escala comercial son enormes desafíos que este combustible debe superar competitivamente para reemplazar a los combustibles fósiles.
¿Puede entonces el amoníaco verde solucionar realmente el problema de las emisiones del transporte marítimo? En este vídeo de DW Planet A se adentran en los proyectos de innovación del sector naviero para lograrlo.
¡Y hasta aquí la edición de esta semana!
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¡Nos vemos en la siguiente edición! 👋